domingo, 7 de marzo de 2010

Cada vez que pierdes la paciencia...

Esta es la historia de un muchachito que tenía muy mal carácter.

Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta.

El primer día, el muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta.

Las semanas que siguieron, a medida que el aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta.

Descubrió que era más fácil controlar su genio que clavar clavos detrás de la puerta.

Llegó el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día.

Después de informar a su padre, éste le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter.

Los días pasaron y el joven pudo anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta...

Su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta.

Le dijo: "has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma. Cada vez que tú pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves."

Tú puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo devastará, y la cicatriz perdurará para siempre.

Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física.

Los amigos son en verdad una joya rara. Ellos te hacen reír y te animan a que tengas éxito. Ellos te prestan todo, comparten palabras de elogio y siempre quieren abrirnos sus corazones.

Un amigo es...

El que siendo leal y sincero, te comprende.
El que te acepta como eres y tiene fe en ti.
El que sin envidia reconoce tus valores,
te estimula y elogia sin adularte.

El que te ayuda desinteresadamente
y no abusa de tu bondad.
El que con sabios consejos te ayuda a
construir y pulir tu personalidad.
El que goza con las alegrías que
llegan a tu corazón.
El que respetando tu intimidad, trata
de conocer tu dificultad para ayudarte.

El que sin herirte te aclara lo que
entendiste mal o te saca del error.
El que levanta tu animo cuando estas caído.
El que con cuidados y atenciones quiere
menguar el dolor de tu
enfermedad. (Física o Síquica)
El que te perdona con generosidad,
olvidando tu ofensa.

El que ve en ti un ser humano con alegrías,
esperanzas, debilidades y luchas...

viernes, 5 de marzo de 2010

BAMBÚ JAPONÉS

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante.
También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada, halándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas:
¡Crece, maldita seas!

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes:

Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable.
En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de solo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30 metros!



¿Tardó solo seis semanas en crecer?

No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas para desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno, y que éste requiere tiempo...
Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.
Es tarea difícil convencer al impaciente que solo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y coherente y saben esperar el momento adecuado.

De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.
Y esto puede ser extremadamente frustrante.
En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que -en tanto no bajemos los brazos-, ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando.
Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.
El triunfo no es mas que un proceso que lleva tiempo y dedicación.
Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros.
Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.

Tiempo...

¡Cómo nos cuestan las esperas! ¡Qué poco ejercitamos la paciencia en este mundo agitado en el que vivimos...!

Apuramos a nuestros hijos en su crecimiento, apuramos al chofer del taxi... nosotros mismos hacemos las cosas apurados, no se sabe bien por qué...

Perdemos la fe cuando los resultados no se dan en el plazo que esperábamos, abandonamos nuestros sueños, nos generamos patologías que provienen de la ansiedad, del estrés...

¿Para qué?

Te propongo tratar de recuperar la perseverancia, la espera, la aceptación. Gobernar aquélla toxina llamada impaciencia, la misma que nos envenena el alma. Si no consigues lo que anhelas, no desesperes...


Quizás sólo estés echando raíces...

REFLEJO DE LA VIDA

Había una vez un anciano que pasaba los días sentado junto a un pozo a la entrada del pueblo.

Un día, un joven se le acercó y le preguntó:

"Yo nunca he venido por estos lugares, ¿Cómo son los habitantes de esta ciudad?"

El anciano le respondió con otra pregunta: "¿Cómo eran los habitantes de la ciudad de la que vienes?"

"Egoístas y malvados, por eso me he sentido contento de haber salido de allá"

"Así son los habitantes de esta ciudad", le respondió el anciano.

Un poco después, otro joven se acercó al anciano y le hizo la misma pregunta: "Voy llegando a este lugar, ¿Cómo son los habitantes de esta ciudad?"

El anciano, de nuevo, le contestó con la misma pregunta:

"¿Cómo eran los habitantes de la ciudad de donde vienes?"

"Eran buenos, generosos, hospitalarios, honestos, trabajadores. Tenía tantos amigos, que me ha costado mucho separarme de ellos"

"También los habitantes de esta ciudad son así", respondió el anciano.

Un hombre que había llevado a sus animales a tomar agua al pozo y que había escuchado la conversación, en cuanto el joven se alejó le dijo al anciano: "¿Cómo puedes dar dos respuestas completamente diferentes a la misma pregunta hecha por dos personas?"

"Mira" - le respondió - "Cada uno lleva el universo en su corazón. Quién no ha encontrado nada bueno en su pasado, tampoco lo encontrará aquí. En cambio, aquel que tenía amigos en su ciudad, encontrará también aquí amigos leales y fieles. Porque las personas son lo que encuentran en sí mismas, encuentran siempre lo que esperan encontrar".

TODO LO BUENO Y LO BELLO DE LA VIDA QUE
NECESITAS, LO LLEVAS DENTRO DE TI -
¡¡¡SIMPLEMENTE DÉJALO SALIR !!!

LA SONRISA

Es el son...son... son de la risa, hija de la risa y nieta de la carcajada.

El más saludable masaje de belleza para el rostro;
el pasaporte al reino de los Cielos;
el ropaje más lindo del alma;
el mejor antídoto contra las preocupaciones;
la canción de los Ángeles;
la seriedad arrepentida;
la oración de los sabios;
la contraseña entre los amigos;
la puerta de la cooperación entre conocidos y desconocidos;
alienta la buena voluntad en los negocios;
acorta el tiempo de la angustia;
crea la felicidad en la pareja y en el hogar;
una clara manifestación de salud mental, emocional y espiritual;
descanso para los fatigados;
calor para los tristes;
luz para los decepcionados;
es como el sol: ilumina, calienta y se irradia.

¿Cuánto cuesta una sonrisa? –Nada.
¿Cuánto beneficio nos puede dar? –Mucho.
¿Qué tiempo dura? –Un instante.
¿Y cuánto perdura en la memoria? –A veces toda la vida.
¿Quién es tan rico que no la necesite? –Nadie.
¿Quién es tan pobre que no pueda regalarla? –Ninguno.
¿Se empobrece el que la dá? –Al contrario, se enriquece.
¿Se puede comprar, vender o robar? –Sólo se puede ofrecer gratuitamente.
¿Y quién es el que está más necesitado de una sonrisa? –Aquél que no tiene ninguna para dar.

"Cuando alguien los insulta o los difama o los ignora, acéptenlo con una sonrisa,
ese es el modo del mundo, básicamente ingrato y descortés.
Díganse a sí mismos: Me están haciendo un favor, mi fortaleza está siendo sometida
a prueba, no debo dejarme llevar por la ira o el resentimiento.
Díganse estas cosas estimulantes y quédense serenos, con una sonrisa de triunfo
en los labios".

Swami Sathia Sai Baba

"Para abrirse camino entre la gente, es más eficaz una sonrisa que un codazo".

Fascianelli

"Sonríe siempre, para no dar a los que no te quieren el placer de verte triste, y para dar a los que te aman la certeza de que eres feliz".

Pensamientos de Osho

- "La vida no te está esperando en ninguna parte, te está sucediendo. No se encuentra en el futuro como una meta que has de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón. Cualquier cosa que seas es tu vida y si te pones a buscar significados en otra parte, te la perderás."

-"La vida no es una tecnología, ni una ciencia. La vida es un arte, has de sentirla. Es como el caminar por una cuerda floja."

-"¡No dependas de los demás! sé un ser independiente. Escucha tu voz interna."